jueves, 2 de mayo de 2013

La Paradoja del sistema impositivo español: los tipos más altos y la recaudación más baja


En los últimos datos de la OCDE ha aparecido España como el país, dentro de esta organización, donde más se han reducido los ingresos del Sector Público como porcentaje del PIB. Esto es una evidencia de que el sistema tributario español no funciona. En nuestro país se ha pasado de recaudar un 41% sobre el PIB a sólo un 36%. Podemos concluir con estos datos, que la crisis fiscal, el déficit público se debe a una crisis de ingresos.
Si analizamos la recaudación de los dos grandes impuestos, el impuesto sobre la renta y el impuesto de sociedades, vemos grandes diferencias entre España y otros países europeos. En el año 2011, España ingresó un 9,3% del PIB del impuesto sobre la renta, pero la media de la UE-27 es un 11,7% (Italia el 13,8%, UK el 13,2%, Alemania el 11,2% o Francia el 10,1%). En cuanto al impuesto de sociedades, recaudamos el 1,9% del PIB, frente al 2,5% de la media de la UE-27 (Italia el 2,3%, UK el 3,1%, Alemania el 2,6% o Francia el 2,3%. Incluso Irlanda, con bajos impuestos para las empresas, recauda más que España en el Impuesto de Sociedades: el 2,4% de su PIB.
Esto merece atención porque se da el hecho de que España no es el país con los tipos marginales más bajos, ni mucho menos. En el IRPF, el tipo marginal más alto es el 52% (llegando al 56% en algunas CCAA con el tipo autonómico), mientras que la media de la OCDE esta en el 41,57%. Respecto al Impuesto de Sociedades, el tipo es el 30%, mientras que la media de la OCDE es el 25,4%.
Entonces, ¿cómo es posible que con unos altos tipos marginales, la recaudación sea tan baja? Pueden darse tres explicaciones:


* La economía sumergida. Precisamente debido a estos tipos marginales altos, algunas actividades pasan a realizarse en la economía sumergida para evitar la tributación. No se sabe a ciencia cierta el tamaño de la economía sumergida, pero según algunos estudios podría rondar el 5% del PIB. Aunque no solucionaría completamente el problema del déficit, la lucha contra el fraude es fundamental: permitirá a las empresas más eficientes, y que no escapan del fisco, competir en igualdad de condiciones con aquellas que solo son competitivas por no pagar impuestos. Sin embargo, también se puede dar el caso de que, si se elimina el fraude, es muy probable que muchas empresas pequeñas e ineficientes desaparezcan de la economía.
* Un país poco atractivo para el capital humano cualificado y el capital físico. Como España tiene unos tipos más elevados que en otros países puede generar que los trabajadores más cualificados o la inversión más productiva decida moverse o instalarse en otro país más atractivo. Así pues, para atraer inversión y el mejor capital humano que ayude a que las empresas se vuelvan más eficientes y competitivas y se creen nuevas, hay que lograr una fiscalidad más atractiva que la media.
* Las altas deducciones fiscales existentes. Como hemos visto España tiene unos altos tipos marginales. Sin embargo, se da el caso de que los tipos efectivos, es decir, lo que realmente se paga de impuesto, son muy bajos. En el IRPF el tipo efectivo medio es del 15,1% y el tipo efectivo en el impuesto de sociedades es del 17,7%. Esto se explica por las numerosas deducciones que existen que hace que lo que verdaderamente se paga sea muy poco respecto a lo que determinan los tipos marginales. En total, en el año 2011, las deducciones del IRPF ascendieron a más de 11.819 millones (el 17% de la recaudación del IRPF) y las del impuesto de sociedades hasta 2.514 millones (el 15% del total recaudado con el impuesto de sociedades).

Esta paradoja en nuestro sistema tributario, altos tipos marginales, que lo hacen parecer un sistema estricto, y tipos efectivos, que reducen la recaudación, es muy perjudicial.

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