jueves, 14 de febrero de 2013

Justicia igual o justicia igualitaria


Persiguiendo el ideal de una sociedad en que todos son iguales, el Estado se ve abocado a una carrera en la que ha de tratar de forma extremadamente desigual a sus súbditos. No se trata de igualdad ante la ley sino de moldear a cada uno hasta hacer que, por ley, todos sean indistinguibles.
Pero, como hemos visto, la naturaleza humana se escurre por entre las garras del Estado en mil y una formas. Las políticas que atentan contra el humano deseo de prosperar producen efectos nocivos en toda la sociedad. Pero no se alcanzan los fines porque no son compatibles con la condición humana.
Quien pretenda acabar con la pobreza hará bien en estudiar sus causas y las de la riqueza. Pero no podrá sorprenderse cuando, actuando contra la riqueza, vea que ésta se le escurre.

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